El fundador de Plastic Whale, Marius Smit, anunció el jueves 29 de junio el lanzamiento de su último proyecto, Catedral, una catedral flotante construida con una diversa gama de materiales de desecho urbano.
Esta iniciativa es un esfuerzo de colaboración con el estudio creativo D/DOCK y la agencia de innovación de impacto Max-G.
Smit tiene la intención de inspirar e involucrar al público hacia una economía circular a través de esta iniciativa flotante de Cathedrall.
Catedral flotante
La catedral flotante servirá como un centro multidisciplinario que fomentará la colaboración entre personas, empresas y entidades gubernamentales. También ofrecerá programas educativos, conferencias y exposiciones.
Establecido para ubicarse en Amsterdam, la construcción está programada para comenzar a fines de 2023, coincidiendo con la gran inauguración durante Sail 2025.
“Creemos que la catedral flotante puede ser un poderoso símbolo de cambio, al construir algo muy hermoso con materiales de desecho”, dice Smit.
“Casi todo el mundo sabe que necesitamos pasar de una economía lineal a una circular. Pero lamentablemente vemos pocos productos y proyectos que atraigan y atraigan al público en general. El tema es a menudo muy técnico y difícil de entender. Queremos cambiar eso, empezando por este edificio”.
“Este lugar debería demostrar claramente que debemos mirar de manera diferente los desechos y las materias primas. Un lugar que hace tangible la circularidad. Aquí queremos reunir a personas que estén convencidas de que podemos y debemos hacer las cosas de otra manera”, añade.
Creando un futuro circular
En cuanto a la creación de la catedral flotante, las responsabilidades de concepto, diseño y activación recaen en D/DOCK.
El estudio creativo se centra no solo en diseñar el edificio y sus diversos espacios, sino también en interpretar cómo se utilizan esos espacios.
Inspirándose en la abadía como centro de investigación e innovación, los diseñadores tienen como objetivo lograr un cambio de comportamiento positivo a través de sus esfuerzos de diseño y activación.
Max-G, por su parte, aporta su experiencia en el desarrollo de un modelo de negocio que combina sostenibilidad y viabilidad financiera.
Esther Zijtregtop de Max-G dice: “En lo que a nosotros respecta, las iniciativas sostenibles que dependen únicamente de donaciones o subsidios son difíciles de sostener. Creemos que debemos buscar una forma diferente de construir negocios para llegar a un nuevo estándar económico que no se trate solo de accionistas. Para Cathedrall, esto significa que todas las partes trabajen juntas para crear resultados positivos a nivel social, ambiental y financiero”.
Los tres socios fundadores creen que las soluciones más innovadoras se crean reuniendo a diferentes personas, ideas y tecnologías.
Los fundadores de Cathedrall hacen un llamado a empresas, organizaciones e individuos para que participen en el proyecto.
“Al trabajar juntos y compartir experiencia y recursos, las partes participantes pueden hacer una contribución significativa a la realización de la catedral flotante”, dice Smit.
“Solo a través de esfuerzos conjuntos podemos crear un futuro circular. Entonces, por supuesto, necesitamos un muelle, un pontón sobre el que construir, socios constructores, materiales de desecho, fabricantes con tecnologías circulares innovadoras e inversores”, concluye Smit.